lunes, 9 de agosto de 2010

CARRETERA PERDIDA. DAVID LYNCH

El miércoles 4 de agosto se proyectó en la terraza de L'Escorxador, Carretera Perdida. El presentador, creo que acertadamente, invitó a los espectadores a sentir la película y no a entenderla.
Efectivamente la película es un derroche de sensaciones, de sentimientos y pulsiones.De todas formas, creo que disfrutarle requiere también un esfuerzo de concentración importante. Lynch te reta en cada imagen, te invita a participar en el descubrimiento de lo somos capaces de llegar a ser, te seduce y te atrapa con imágenes y música.
Pienso personalmente que el argumento en esta película es lo que menos le interesa a este director. Pero, ¿qué quería contar Lynch? Yo pienso que el protagonista actúa conforme ala capacidad que todo ser humano posee de destruir lo que ama, de asesinar,de vengarse,o de enloquecer.Este durísimo camino lo recorre apoyado en dos pulsiones, al menos: el deseo sexual y el deseo de poseer en exclusiva a la persona amada. Pero llega un momento en que el sentimiento de culpa es tan aterrador que la mente necesita elaborar otra historia, otra explicación de los hechos. Si no, es imposible sobrevivir. Esta es, en mi opinión, la apuesta de David Lynch. En su película se nos ofrecen diferentes experiencias de lo real. Todas tienen un sentido, todas conmocionan.
Estoy convencida de que cada uno de los espectadores acabó de ver la película con una interpretación diferente de la desdichada historia del saxofonista, el mecánico y la hermosa mujer que, una noche, decidió quedarse leyendo en casa y no acompañar a su marido al concierto en un club.
En el vídeo podéis escuchar uno de los temas de la banda sonora, importantísima en la película .

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