domingo, 21 de noviembre de 2010

DÉJAME ENTRAR. JOHN AJVIDE LINDQVIST. ESPASA


ENTRE MONSTRUOS ANDA EL JUEGO.

LO MONSTRUOSO, LO SINIESTRO Y LO ABYECTO EN “DÉJAME ENTRAR”

Este análisis se apoya en el excelente trabajo de José Miguel G. Cortés, Orden y caos, que fue finalista del XXV Premio Anagrama de Ensayo.

Lo monstruoso es aquello que se enfrenta a las leyes de la normalidad. Lo monstruoso perturba las leyes, las normas, las prohibiciones de que la sociedad se ha dotado para su cohesión.

Todos los personajes de la obra viven aferrados a la transgresión de la norma. En cierto modo, como forma de protesta ante una sociedad que los destierra a la marginalidad, que los desprecia o los tortura. Son alcohólicos, pederastas, asesinos, inadaptados sociales, acosadores o desesperadamente rebeldes.

La misma narración está ubicada en los suburbios de Estocolmo.

Lo siniestro se produce cuando se desvanecen los límites entre la fantasía y la realidad, cuando lo fantástico interviene en lo real.

Aquí adquiere todo su poder el personaje de Eli, la niña vampira inmortal y destructiva , poliédrica, como el cubo al que es tan aficionada. Es frágil y de una extraordinaria fuerza física, joven y fresca o avejentada y enfermiza. Pero el amor que siente por Oskar le permite vivir experiencias afectivas y sensuales que la humanizan: la necesidad de la cercanía, la calidez del abrazo, el disfrute del desnudo, el apoyo en la problemática vital, la necesidad de aceptación. Y todo ello a partir de un cuerpo sin órganos genitales.

Lo abyecto está emparentado con la perversión (…) Lo abyecto es perverso pues no abandona ni asume una prohibición, una regla, una ley; pero las altera, corrompe; se sirve de ellas para mejor negarlas.

Es el momento de hablar de Hakan. Es el personaje que vive dominado por pulsiones primarias. No es capaz de reprimir ninguna de ellas y hace de Eli, el objeto de sus deseos.


Formalmente, la obra maneja varias líneas argumentales que confluyen en los trágicos sucesos acaecidos en los suburbios de Estocolmo, en 1981, entre los últimos días de octubre y los primeros de noviembre.

Los espacios son determinantes en la creación de la peculiar atmósfera de la historia. Aparte de la extrema climatología de la ciudad que parece conducirnos al aislamiento, hay que señalar los barrios de la periferia, tan proclives situaciones de exclusión relatadas pero, sobre todo, el bosque.Literariamente, el bosque es un lugar donde se mezclan lo real y lo ficticio, amenazador y tenebroso, donde se pueden materializar todos los horrores.

Por otra parte, quiero mencionar el peculiar tratamiento de los diálogos, impregnados de elipsis. Este recurso, sugerente, sin duda, puede llegar a producir incertidumbre o cierta confusión en las lectoras.

Un acierto pleno, sin embargo es la utilización de un monólogo paralelo, marcado en cursiva, a través del cual conocemos pensamientos , deseos o temores de los personajes.Estos son precisamente uno de los grandes logros del libro. Tienen una dimensión psicológica que no es habitual en este género.

Yo destacaría la galería de adolescentes, en pleno duelo de crecimiento, acosadores o acosados, como Oskar, pero todos con una existencia al borde del abismo, plagada de crisis y conflictos.

Junto a ellos, todo un despliegue de monstruos sociales que se manifiestan a través del alcoholismo, la pederastia, la criminalidad o el acoso. Y, además, Eli, la vampira enamorada y vengadora, que necesita destruir para sobrevivir y en la que podemos depositar todo aquello que no podemos aceptar de nosotros mismos.

Yo os recomiendo que abráis el libro y la dejéis entrar.



sábado, 20 de noviembre de 2010

EL ORGASMO. MANUEL RIVAS.


Manuel Rivas me ha provocado un orgasmo periodístico cuando he leído esta mañana su colaboración en EL PAÍS.
Es un placer inmenso leer a gente que defiende al otro como riqueza cultural, a la vez que critica la xenofobia recalcitrante de la derecha política, ejemplo vergonzoso de estrategia electoralista.
Aquí lo tenéis. Confío en que gocéis tanto como yo.


Las declaraciones de Duran i Lleida sobre la natalidad son un insulto a la inteligencia. En primer lugar, a la inteligencia de Duran i Lleida, que no es poca. El político nacionalista, que profesa el humanismo cristiano, emitió días atrás el extraño lamento de que las "pocas criaturas" que nacen en Cataluña, en comarcas con crisis demográfica, son de madre inmigrante. Pues, ¡qué suerte! Una suerte que nazcan criaturas. Y otra suerte que sean de madres inmigrantes. El señor Durán y los que piensan como él deberían estar contentos como humanistas e incluso como nacionalistas. En ese proceso doloroso que suele ser la emigración, una deriva que lleva de la pérdida a la incertidumbre, el lugar donde la gente se posa y anida recibe un injerto afectivo, un bien incalculable. El de ser elegido como Tierra Prometida. Si nadie emigrase, si nadie naciese, estaríamos hablando de un locus horroris o, en el mar, de una Marca del Miedo, allí donde no van ni los tiburones. Conozco unos cuantos lugares horrorosos, bien bonitos por cierto. En uno de ellos, una aldea de Ancares, recuerdo la conversación con su único habitante, un anciano enfermo de tristeza, al que intenté animar con una verdad paisajista: "¡Esto es un paraíso!". Él me miró con una mueca de humor desolado: "Sí, ¡pero está desadornado de gente!". Ni siquiera se veía como un superviviente, sino como un muerto todavía vivo. Que en Cataluña, cuna del movimiento solidario, y en la España de hoy se hable de la inmigración como un problema principal es algo más que una injusticia con aquellos que cuidan a nuestros viejos, que limpian la mierda, que recogen los frutos, que aportan mucho más de lo que reciben. Es el signo de una corrosión moral, que ha tenido su expresión más vil en el programa virtual de los cachorros políticos de doña Alicia. Así las cosas, ¡bienvenidos los votos con orgasmo!

domingo, 14 de noviembre de 2010

HAY MUJERES QUE LUCHAN TODA LA VIDA...


ESAS SON LAS IMPRESCINDIBLES.
En el primer discurso tras su liberación,la líder birmana Suu Kyi reivindicaba la libertad de expresión como base de la libertad democrática.
Estas palabras resonaban en un país donde cada canción, libro, tira cómica o pieza de arte requiere la aprobación de censores que eliminan los mensajes políticos o críticas contra el sistema autoritario de Myanmar.

El perfil político de Suu Kyi se asienta sobre principios como la no violencia y el consenso.

Yo he querido recoger en esta entrada dos muestras de esas ideas desde la palabra poética.

Se trata un fragmento de la poetisa sueca Maria Wine.

En algún lugar

tiene que haber una belleza

que siga siendo belleza

una conciencia pura

que no oculte un crimen apartado

tiene que haber

un amor a la vida

que no hable con lengua equívoca

y una libertad

que no se base en la opresión de los demás.


Y de un poema de Cristóbal Vega.

ARMAS DEL FUTURO

                       Con palabras.
 
                       (¡Quitad las espoletas
                       a las bombas!)
 
                       Sin pistolas.
                       Sin tanques y sin espadas.
 
                       Con palabras
 
                       Solamente con palabras
                       vamos construir el mundo
                       del futuro
                       sobre un campo de rosas verdi-granas...
 
                       Sin pistolas.
                       Sin metralla.
                       Sin sangre y sin rencor
                       que eclipsen la bondad de las miradas.
 
                       Con palabras
 
                       Nada más que con palabras
                       vamos a levantar castillos
                       de ilusiones
                       entre las nubes de doradas playas.
 
                       Sin pasiones que quiebren la armonía
                       de las almas.
 
                       Sin odios. Sin el llanto ni la muerte
                       que dejen a su paso las batallas.
 
                       Sin pistolas.
                       Sin la tétrica voz de los cañones
                       para cargar de cruces
                       los gallos de la diana.
 
                       (Fundiremos en cánticos de amor
                       continentes y razas
                       para construir los mundos del futuro
                       con palabras).
 
                       ¡Solamente con palabras!

 
 




lunes, 1 de noviembre de 2010

EL SÍNTOMA ALRMANTE DE SER MUJER



Pilar Garcés firma un artículo comprometido y crítico. Un claro ejemplo de periodismo que hay que continuar reivindincando y apoyando. Por eso lo publico y, por supuesto, os invito a leerlo.

NO ESTAMOS ENFERMAS.
Ser mujer es una enfermedad que no tiene cura. No lo decimos ni yo ni Arturo Fernández. Lo sostiene el presidente del Gobierno de España, que acaba de incluir las políticas de igualdad en el Ministerio de Sanidad, todo recto, a la derecha, justo detrás del departamento de Urología. Para ahorrarse el chocolate del loro, ZP, quien, supongo, sigue ocupándose "personalmente" del área de Deportes, según él mismo anunció al principio de la legislatura, se ha cargado de un plumazo el gran símbolo de sus gobiernos: la paridad. Ha degradado un ministerio y a una ministra, pero sobre todo ha retrocedido hasta donde han querido los sectores más conservadores de su partido y de la oposición. Podría haber optado por mandar a paseo la inoperante vicepresidencia tercera de Chaves o integrar la cartera de Ciencia en Educación. Mas no. Ha reculado en una idea vertebral de su programa. Un gesto muy elocuente,. Y dado la razón a quienes convierten cualquier denuncia femenina en un chiste. Se ha ido a lo fácil, al golpe de efecto, tras fracasar en lo complicado, la gestión de la crisis. Renunciando a uno de los principios que le definían como gobernante y como persona, ha convertido la pelea contra la discriminación sexual en un asunto asistencial y menor, cosa que me pone realmente enferma.
Más de la mitad del censo español presenta síntomas alarmantes de ser mujer. Las muertas a manos de sus parejas y ex parejas aumentan este año, estadística que desdice que uno de los motivos principales para crear el ministerio de Igualdad haya desaparecido. El paro acecha a las mujeres, que siguen cobrando menos que sus compañeros, y la recesión nos aleja de la quimera de la conciliación familiar. En las altas esferas del poder y la empresa no nos guardan el sitio. Los problemas siguen, pero ahora van a ser menos visibles, perdidos en los vericuetos de distintos departamentos y sin una voz cantante. ¿Y por qué lo ha hecho Zapatero? Porque puede. O porque imagina que puede. Porque si le da una patada en el culo a De la Vega y ella sonríe, y le da las gracias al despedirse, y relega a secretaria de Estado a Bibiana Aído y ella acepta, el Presidente se cree con derecho a pensar que el voto femenino que lo llevó a la Moncloa olvidará el agravio de aquí a las próximas elecciones. Enfermas y amnésicas nos quiere. Pero estamos sólo quemadas, y no hay en el mercado tiritas suficientes para más de la mitad de la población.