domingo, 23 de enero de 2011

TAMBIÉN LA LLUVIA. UNA HISTORIA SOBRE LA DIGNIDAD.

Me emocionó También la lluvia, la última película de Icíar Bollaín y creo que para eso voy al cine.

En También la lluvia me encontré una historia con varias vertientes.La social y la histórica me parecen impecables. Con un guión de Paul Laverty, habitual colaborador de Ken Loach, la directora apuesta por reivindicar la dignidad de los oprimidos, de los ninguneados, que diría mi admirado Eduardo Galeano.
Lo hace en dos contextos distintos: la conquista de América por los españoles, con el expolio al pueblo invadido característico de cualquier colonización y la revuelta popular que se produjo en Bolivia en el año 2.000 para evitar la privatización del agua.
La lucha colectiva contra los poderosos y la defensa de los intereses comunes me parece un mensaje imprescindible, que habría que incorporar inmediatamente a nuestro espacio político.

Estas líneas argumentales están engarzadas por los avatares de un equipo de rodaje que se traslada a Bolivia para filmar una película en defensa de la figura de Bartolomé de las Casas.
Creo que es en este aspecto donde la película se muestra menos conseguida. Junto a momentos excelentes, donde Bollaín demuestra su pericia para plasmar la intimidad de los personajes,a destacar el trabajo de un magnífico Karra Elejalde, hay otros que no resultan creíbles.
Entre estos últimos se encuentra el cambio de actitud del productor, interpretado por Luis Tosar, que resulta forzado. Tampoco es convincente la evolución del director, papel a cargo de Gael García Bernal.

Por último, me parece muy bien resuelto por Icíar Bollaín el paso de una línea argumental a otra. Las imágenes saben crear esa complicidad que te hace disfrutar del cine.