martes, 23 de febrero de 2010

LA CINTA BLANCA.

He visto recientemente LA CINTA BLANCA, del director austríaco Michael Haneke.
La película me conmocionó. Sus excelencias están de sobra reconocidas por la gran cantidad de premios que ha acumulado. Entre otros, La Palma de Oro 2009, en Cannes y los tres galardones en los Premios del Cine Europeo.

Rodada en blanco y negro, LA CINTA BLANCA es una reflexión sobre el lado más oscuro del alma humana; el territorio de la culpa, la violencia, el castigo y la miseria moral. En un ambiente dominado por lo siniestro, los habitantes de un pequeño pueblo protestante viven una serie de acontecimientos que alteran trágicamente su vida. Contada desde la memoria del maestro, la historia plantea una serie de desgraciados sucesos que va revelando cómo los personajes viven en un clima de asfixia vital, dominados por unos valores brutalmente rígidos.

La fotografía crea una belleza envolvente, con planos de los personajes, de los interiores y del paisaje que desasosiegan. Las imágenes se van encadenando a un ritmo lento y van apoderándose de los espectadores con todo el poder de seducción del buen cine.
Para tener una referencia crítica de la película, he seleccionado la reseña de Miradas de cine.

Y, como no podía ser menos, unas imágenes de presentación en el siguiente vídeo.

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