jueves, 16 de abril de 2009

MIL SOLES ESPLÉNDIDOS

La novela de Khaled Hosseini, Kabul, 1965, es una historia estremecedora en lo que se refiere a las relaciones humanas que describe. También es desgarradora la violencia con que la se sentencia a las mujeres afganas a una vida de sumisión al hombre. El libro relata magníficamente el proceso por el que las mujeres pierden toda posibilidad de tomar cualquier tipo de decisión sobre su vida. Esta situación está perfectamente pautada dentro del matrimonio: el marido les es asignado y la vida conyugal es un ejercicio constante de servidumbre y un anulación irreversible de la voluntad.
En este contexto social surge un espacio para el afecto, la solidaridad y la complicidad entre dos mujeres: Laila y Mariam, que descubren el poder del apoyo mutuo para sobrevivir a las tragedias de la vida.
El contexto histórico es fundamental en la novela. El atroz sufrimiento del pueblo afgano es, para mí, el auténtico protagonista de la obra. La violencia, las luchas por el poder, la guerra, el fanatismo religioso están presentes en las páginas de Mil soles espléndidos y crean una angustia a la que me he ido habituando, para encontrar la recompensa final: hay una posibilidad de reconstruir las vidas devastadas y los países destruidos, siempre que se conserve un mínimo resquicio donde pueda vuelva a actuar la dignidad humana y la respuesta solidaria tras el horror.
Por último, he de mencionar algo que no concuerda con mi posición ideológica. El autor, justifica en cierto modo, a través de Taquir, la política de Bush en Afganistán. No estoy de acuerdo. Cualquier intervención bélica en un país supone, por una parte, el enriquecimiento de los señores de la guerra y, por otra un nuevo holocausto de inocentes.

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